Diástasis Abdominal

Es probable que si has sido mamá hayas escuchado esta palabra, pero no solo sufren de diástasis las mujeres que se han quedado embarazadas, sino también los hombres.

¿Qué es la Diástasis?

Se conoce como diástasis a la separación de los rectos del abdomen (“la tableta de chocolate”). Estos se encuentran unidos a una línea central que se denomina línea Alba, siendo esta también punto de inserción y de referencia de otros músculos abdominales como oblicuos y transverso abdominal.

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Diástasis en el embarazo

Durante el embarazo debido a la distensión abdominal que tiene lugar, se experimenta un aumento de la distancia entre los músculos abdominales lo cual produce un estiramiento y adelgazamiento de la línea alba. Un ensanchamiento de la misma a nivel umbilical de más de 2.7 cm a nivel del obligo se considera una diástasis patológica del músculo recto del abdomen. Esta distensión sumada entre otras a la presión intra-abdominal que se genera en el expulsivo, aumenta la probabilidad de presentar una diástasis postparto.

Es importante remarcar que la recuperación de una diástasis postparto va a depender de muchos factores como:

Peso ganado de la mamá durante el embarazo.
Peso del bebé al final del embarazo.
Tipo de parto.
Actividad física realizada durante el embarazo y previa.
Actividad física realizada en el postparto
Lactancia.
Étc.

Diástasis en Hombres

En el caso de personas con diástasis no debida al embarazo, solemos encontrar el caso de los varones de media edad donde debido a esfuerzos repetitivos, malas gestiones de presiones o levantamientos de pesos, circunferencia abdominal amplia, estreñimiento, etc… constituyendo este otro perfil de persona a la que le afecta esta disfunción.

¿Cuál es el Tratamiento de una Diástasis?

Independientemente del perfil de paciente una de las preguntas más frecuentes es ¿cerrará mi diástasis?, bueno pues como todo depende de mucho factores lo que si tenemos claro es que si estás dentro de estos perfiles o situaciones debes acudir a un profesional a que valore tu caso y tu perfil para así determinar cual es el camino correcto a seguir para trabajarla.

Una vez que hemos valorado, es importante saber si hay que derivar para una cirugía o podemos optar por un tratamiento conservador, pero es importante que entiendas que aunque necesites cirugía el tratamiento conservador debe ir de la mano, pues la cirugía será un remedio al problema actual pero no a las causas que lo han generado y es fundamental cambiar o tratar aquellas cosas que han favorecido la aparición de la diástasis.

Dentro del tratamiento conservador, la parte estrella es el ejercicio. Pero no vale cualquier ejercicio. Es fundamental un trabajo donde el paciente comprenda el funcionamiento de su abdomen y con quién trabaja el mismo (suelo pélvico, lumbares….).

Es aquí donde incluimos un trabajo inicialmente analítico del transverso del abdomen (el músculo más profundo de nuestra barriga), que necesitamos que esté a tope para que estabilice nuestro tronco y además empecemos a conseguir que nuestra diástasis sea lo más funcional posible.

Pero como ya hemos dicho muchas veces, el abdomen no trabaja solo, sino que se ayuda de compañeros (otros músculos y partes del cuerpo). Así trabajando de lo más analítico a lo global conseguiremos un mayor éxito en el tratamiento de la diástasis, pues es crucial que la persona sea capaz de realizar su actividad cotidiana y física sin factores agravantes para su abdomen.

Una diástasis será derivada a cirugía en ciertos casos, como pueden ser:

Si existe sintomatología asociada.
Deterioro o tumoración sobre la zona epigástrica.
Hernias asociadas sintomáticas.
Distancia inter-rectos mayor superior a los valores anteriormente citados.

Una operación quirúrgica no exime de una posterior valoración adecuada, y ejercicios adaptados, ya que como hemos referido anteriormente, trabajar aquellos factores que predisponen a la diástasis, así como un ejercicio adaptado para el trabajo de la faja abdominal y lumbar (entre otras partes del cuerpo) es vital.