La respiración bucal es una condición que afecta a la salud en general. El aire que respiramos debe pasar siempre por la nariz. Es cada día más frecuente observar a los bebés y los niños con la boca abierta y que las familias nos cuenten que roncan por la noche. De hecho, cada día hay más personas que necesitan la máscara CPAP para dormir. Respirar por la boca desde la infancia es un desastre. Afecta a las hormonas del crecimiento, no se obtiene el oxígeno que necesitan las células del cuerpo, puede generar alteraciones en el desarrollo de la cara y de la postura corporal y favorece una mayor predisposición a coger infecciones respiratorias.
Es importante su abordaje temprano con el objetivo de conseguir una adecuada formación de las diferentes estructuras orofaciales para que en un futuro realicen de forma correcta su función. Estas funciones están relacionadas con la alimentación, respiración y deglución e incluso puede afectar a la fonación.
Realizamos una valoración exhaustiva de vuestros pequeños para encontrar los factores predisponentes y acompañar a las familias junto a otros profesionales.