Los traumatismos en la infancia son frecuentes: una caída saltando en la colchoneta, un mal giro o un golpe jugando, lo que puede causar inflamaciones, esguinces o fracturas.
Cuando hay inflamación, usamos técnicas suaves que ayudan a drenar y mejorar la circulación, acelerando la recuperación.
En los esguinces, como los del tobillo o la muñeca, la fisioterapia pediátrica es clave para tratar el tejido dañado y volver a moverse sin limitación y dolor, y para que no le afecte en su desarrollo normal.
Tras una fractura, una vez que se retira la inmovilización, es fundamental recuperar la movilidad y la fuerza. De esta forma, acompañamos a tu pequeño en su recuperación, respetando su ritmo y ayudándolo a volver a jugar, correr y disfrutar.